Cuatro vivos y un pelotudo

Nos despedimos, después de tantas frustraciones.

Intentamos cambiar, con nuestro granito de arena, la concentración de este país.

Pero todo fue igual. Se hicieron las cosas como siempre y todo termino mal. Como había empezado.

Decimos:

A la prensa porteña le queda el sabor amarguísimo de ver cómo su niño mimado, Juan Martín del Potro, fracasó rotudamente. Lo eligieron para ser la "contrafigura" de David Nalbandian y terminó pagando caro esa mochila. "Delpo" fue un fiasco al rifar las chances históricas de ganar la Copa Davis. Su responsabilidad, aunque tenga 20 años, es histórica.

A los que rodean a Del Potro les quedan los bolsillos llenos por Shangai, pero el corazón vacío por haber apostado por un torneo de ATP y no por la gloria. Le decían al pobre chico que quién sabe si volvería a jugar una Master Cup. ¿Nadie le dijo que quizá no vuelva a jugar nunca más una final de Davis?

Nalbandian se peleó con medio país, pero en la cancha rindió. Harto de los pelotudos como Guillermo Salatino, que creen que ser periodista es algo trascendente, mandó todo al carajo y se dedicó a jugar. El resto, a quién le importa. ¿A quién le importa si David le da o no notas a Clarín, La Nación o a "Salata"? Maldita la hora que por viajar a 400 Grand Slam uno se cree con la sabiduría de dar lecciones de vida.

Cañas... y el resto de los tenistas que hablan mal de Nalbandian luego de la derrota están en una posición, al menos, incómoda. Ninguno tiene nada para contar en la Davis. Sólo Calleri, que no habló mal de David, se bancó aquel famoso partido en Málaga. Pero después, qué pueden decir. ¿Acaso en la Davis juegan gratis? Hipócritas.

En Mar del Plata, como siempre, hizo frío. Apenas unas horas de sol, pero después pura heladera. El público fue lamentable, se comportó como señorita del liceo y no fue capaz de desequilibrar a favor de Argentina. Los "pechofríos" de La Nación, en un artículo del lunes posterior a la derrota, afirmaban que "el público no gana partidos". Claro, porque en el polo y en el golf esas cosas, no pasan, visteeeee....

En fin, nos vamos. Tristes porque Córdoba fue forreada por cuatro vivos de la Asociación Argentina de Tenis (AAT), quienes hicieron todo pensando en sus bolsillos (Buenos Aires les pagó 9.000.000 de dólares, que vaya a saber uno qué final tendrán) y se cagaron en la voluntad del mejor tenista argentino de todos los tiempos ("Batata" Clerc dixit).

Así está Argentina, con el pelotudo y los cuatro vivos pavoneándose en Buenos Aires, a título de vaya a saber qué honor ganado en vaya a saber dónde.

Mientras tanto, el deporte como ejemplo para la juventud se reduce a la tristísima imagen que transmitieron los medios de comunicación porteños, amantes de la mierda y el conventillo.

Como Acasuso, ojalá algún día pidan perdón (Chucho, dos finales perdidas... no tenés perdón).

Saludos para todos.

David